En la actualidad, son muchos los estudios que hablan sobre los efectos de ciertos nutrientes sobre el SOMA (Sistema Osteoarticular). Entre éstos, se hace mención especial a cuatro componentes fundamentales para la prevención de enfermedades y mejora de éstas: el calcio, el magnesio, la vitamina D y el colágeno.

1. Alimentación Equilibrada: Incluir alimentos ricos en calcio, como productos lácteos, vegetales de hojas verdes y pescados con espinas.
2. Suplementación Específica: Utilizar suplementos NutriCare con colágeno, magnesio y vitamina D para fortalecer huesos y articulaciones.
3. Ejercicio Moderado: Incorporar actividades como caminatas, yoga o ejercicios de bajo impacto para mantener la movilidad y flexibilidad.
4. Hidratación Adecuada: Mantener un nivel de hidratación óptimo es esencial para la salud de las articulaciones.
5. Consejos Posturales: Evitar malas posturas y realizar estiramientos regulares para prevenir la rigidez y mejorar la salud articular.

Programa continuo, adaptable a las necesidades individuales.

• Suplementos de Calcio y Vitamina D NutriCare: Ayudan a mantener la densidad ósea.
• Complementos con Colágeno: Mejoran la elasticidad de las articulaciones y ayudan a la regeneración del cartílago.
• Infusiones Antiinflamatorias: Con ingredientes naturales que ayudan a reducir la inflamación y el dolor articular.
• Suplementos de Magnesio: Esenciales para la absorción de calcio y la salud ósea.
• Multivitamínicos NutriCare: Aportan nutrientes clave para un soporte integral de huesos y articulaciones.

• Fortalecimiento de los huesos: Apoyo a la densidad ósea para evitar fracturas y debilidad.
• Mejora de la movilidad: Mayor flexibilidad y menor rigidez en las articulaciones.
• Prevención de problemas óseos: Reducción del riesgo de osteoporosis y otros trastornos relacionados.
• Reducción de la inflamación: Ayuda a minimizar dolores y a mejorar la función articular.

• Dieta pobre en nutrientes: Una ingesta insuficiente de calcio y vitamina D puede debilitar los huesos.
• Sedentarismo: La falta de actividad física reduce la densidad ósea y la flexibilidad articular.
• Consumo excesivo de sodio: Puede provocar una pérdida de calcio en los huesos.
• Falta de proteína: La deficiencia de proteína puede afectar a la formación y reparación de tejidos.
• Exceso de peso: Aumenta la carga en las articulaciones, favoreciendo su desgaste prematuro.

Se puede comenzar en el adulto joven para prevenir. Es ideal iniciar este programa en la adultez temprana para prevenir el desgaste futuro o en cualquier etapa de la vida en la que se note rigidez articular o fragilidad ósea. También es altamente recomendado para personas con antecedentes familiares de problemas óseos, mujeres en la etapa de la menopausia o para aquellas que practican actividades físicas intensas.